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Regalame un sueño para seguirlo, que los míos por el momento están pausados por un rato,  y estarán así hasta que acomode todo lo que tengo en mi.

Tengo unas ganas de dejarte y pensar solo en mi, pero no puedo, no soy tan mala como a veces pienso. Tengo ganas de tener el mismo egoísmo que tu acostumbras tener, pero no puedo, no tengo el mismo corazón que tu tienes, el mio es dulce, bueno.

O quizá no me voy porque tengo miedo, miedo de no saber que hacer si no estas, o de ahogarme en un vaso de agua como acostumbre y que seas tu él único que me pueda sacar. 

Me duele el corazón, me duele porque no he podido olvidar cada lagrima que llore en tu nombre, porque se me acobarde el corazón cuando se trata de pensar en mi y pongo primero al mundo, ese mundo que se ha encargado de manipular mis decisiones y me hace aun lado teniendo que aguantar; si, aguantar porque no soy valiente para defender lo que quiero, porque no lucho por miedo a lastimar lo demás aun siendo yo misma la que apriete mi pecho contra la pared. 

Regalame un sueño, en lo que acomodo los demás; regalame un sueño en lo que me invento unos nuevos o modifico las personas de los míos y se queda en uno, se queda en mi.